Modo de ver
- Paz Salsamendi
- 19 jul 2023
- 1 Min. de lectura

Hay personas que cuando miran a otras personas, miran hondo. Parecen hacer caso omiso de lo que se percibe siempre a primera vista: las apariencias, circunstancias y comportamientos. Y tratan bien, independientemente de estos factores externos.
Sus ojos ven más adentro: llegan a un lugar más profundo en las personas. Y las aceptan, son amables, las respetan y aprecian aún antes de conocerlas, disfrutan de la dignidad que tienen en común. Las ven en lo esencial: criaturas con historia, heridas, luchas, luces y sombras... y sobre todo, igual que ellas, valiosas sólo por ser queridas infinitamente por el Dios que les regaló la vida.
Estas personas de mirada honda y ojos dulces y serenos suelen ser grandes. Quizás porque mirar así es algo que se aprende con el tiempo, a veces con dolor en relaciones y circunstancias difíciles. Algunos miran de ese modo sin mucho esfuerzo; otros precisamos maestros, ejemplos, recordatorios y repetimos intentos... Y se requiere gracia, la gracia que siempre se nos da abundantemente cuando nos encuentra dispuestos a recibirla.
"Se necesita gracia y un puñado de virtudes. Se necesita amor, fe, apertura y práctica. Para los cristianos, se necesita también otro par de ojos: los de Cristo. A través de la mirada amorosa de Cristo, podemos vernos a nosotros mismos y a los demás con belleza y profundidad." Hna. Neville Christine Forchap, FSP
🖼️: Raúl Soldi, en www.soldi.com.ar






Hermoso escrito
EXCELENTE! Gracias por compartir este espacio. Me hace acordar al cuento de M Menapace, mirar con los anteojos de Dios