Las Siete Últimas Palabras. Y nosotros.
- Paz Salsamendi
- 7 abr 2023
- 2 Min. de lectura

En estos días ví esta foto del Calvario de Tandil que tomó mi hermana Diana hace tiempo. Sin querer, ilustró una reflexión que venía teniendo sobre las Siete Últimas Palabras de Cristo - lo que dijo antes de morir, estando crucificado, según el relato de los Evangelios.
Pensaba que estas últimas siete 'palabras' dicen mucho de cómo es Jesús, revelan su espíritu y sus valores, nos iluminan y enseñan a vivir a su modo. Nunca antes había notado que escuchar estas palabras, además de recordarnos los momentos de la Pasión, es una buena forma de conocer a Jesús con más profundidad.
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» (Lucas 23,34)
Jesús perdona. Ve más allá, ve a las personas tal como son en realidad. Perdonó a los verdugos porque los vio como personas, que por su fragilidad humana, optaban por el mal; pudo hacerlo porque los amaba con una medida desproporcionada.
Para nosotros es difícil de entender y de imitar... ¡pero cuánta paz da perdonar! aún si la otra persona no reconoce la ofensa o no está dispuesto a cambiar, aún si... lo que sea. Porque el perdón es un regalo, una liberación que damos a la otra persona y también a nosotros mismos. No somos capaces de perdonar solos: necesitamos, de nuestra parte, el deseo de perdonar. Y el resto lo hace Dios, que nos da su gracia.
«Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lucas 23, 43)
Jesús conoce la vida en el más allá, la vida eterna.
Nosotros tenemos dudas, pero podemos confiar en ese cielo que espera a los seres humanos, porque Jesús lo ha dicho al buen ladrón, y con él, a todos nosotros. Y además, lo ha mostrado con su Resurrección: El mal y la muerte no tienen la última palabra.
«Mujer, aquí tienes a tu hijo [...] Aquí tienes a tu madre» (Juan 19, 26–27)
Jesús cuida a quienes ama. Aún en su agonía.
Nuestra capacidad de amor es limitada, pero si le damos lugar, es ampliada por su gracia.
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Marcos 15, 34; Mateo 27, 46)
Jesús se siente abandonado por su Padre, pero no se desespera. Tiene fe y clama a Él.
A veces andamos a oscuras y aunque no podemos sentir la presencia de Dios, mantenemos la fe. "No entiendo nada, pero Dios sabe".
«¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!» (Lucas 23, 46)
Jesús confía en Dios.
Y nos invita a vivir confiados y livianos, porque estamos en sus manos. No sabemos cuáles son sus planes para nosotros, pero Él sí.
«Tengo sed» (Juan 19, 28)
Jesús se muestra necesitado.
«Todo se ha cumplido» (Juan 19, 30)
Jesús hizo todo lo que su Padre le había pedido, cumplió su voluntad.
El centurión romano que estaba frente a Jesús cuando murió, seguramente tuvo esta experiencia de conocerlo más profundamente cuando escuchó sus últimas palabras. Fue quien dijo "Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios".
Nosotros también, volviéndolas a escuchar cada Viernes Santo o cualquier día, podemos conocerlo más e intentar seguirlo mejor.
Foto: Instagram @caminatascuriosas






Muy lindas estas reflexiones. Muchas gracias. Me sirvieron para meditar aún hoy a la luz de la Pascua.