La alegría de Don Zatti
- Paz Salsamendi
- 16 mar 2023
- 2 Min. de lectura

Ayer se celebró la memoria de Artémides Zatti, santo enfermero de la Patagonia, que fue canonizado en octubre de 2022. Tengo una simpatía especial por él porque fue santo en nuestro suelo, y quizás también por la cercanía profesional de haber trabajado en el área de la salud en hospitales durante años. Leí para conocer algo más sobre su vida.
Había nacido en Italia en 1880 y a los 17 años vino a la Argentina con su familia, emigrando por dificultades económicas. Se habían establecido en Bahía Blanca, donde frecuentaba la parroquia dirigida por los salesianos. Pocos años después se trasladó a Viedma, para recuperarse de la tuberculosis que había contraído. Sanó por intercesión de María Auxiliadora, y vivió allí el resto de su vida, dedicándose a las personas enfermas. Trabajaba en el hospital San José de Viedma y también iba a los domicilios de los pacientes cuando hacía falta, incluso en Carmen de Patagones. Dicen que se desplazaba en bicicleta: "vestido con la bata y llevando el maletín con medicinas e instrumentos, sostenía el manubrio con una mano y con la otra desgranaba las cuentas del Rosario”.
Lo imagino de niño, silencioso y sereno, trabajando precozmente para ganar el jornal. Lo imagino en los pasillos del hospital, también sereno, decidido, cuidando con destreza y ternura, con una fina percepción de las necesidades de las personas, sencillo, buen compañero de todos los trabajadores sanitarios. Imagino su amabilidad y delicadeza en la farmacia, que también atendió. Lo 'veo' en bicicleta por la calle, a la hora que fuera, siempre dispuesto a estar para quien lo necesitara. Lo imagino rezando, solo o en casa de alguna persona enferma o con la comunidad de los salesianos... Lo imagino descansando confiado.
Lo imagino, sobre todo, alegre. De esas personas que tanto viven en Dios que naturalmente lo irradian, que su sola presencia transmite paz y ayuda a sanar...
Es que la alegría, que para los cristianos es la certeza de vivir bajo la mirada amorosa de Dios, es propia de la santidad. Y la santidad se nos ofrece a todos, para vivirla en cualquier circunstancia y actividad.
« La santidad no es un programa de vida hecho sólo de esfuerzos y renuncias, sino que es ante todo el gozoso descubrimiento de ser hijos amados por Dios. No es una conquista humana, es un don que recibimos.» [Papa Francisco, Ángelus 1 de noviembre de 2021.]
Fuentes:
Biografía en el sitio del Vaticano
Biografía en el sitio de Salesianos Don Bosco Argentina Sur






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